El temporal de precipitaciones dio paso ayer en Morella a una soleada jornada, eso sí, con temperaturas de riguroso invierno, que no impidieron que la capital de Els Ports llenase sus calles de visitantes atraídos por dos revulsivos de altura: el manto blanco que cubre las montañas y la trufa negra, que se encuentra en plena temporada gastronómica.

El paseo de la Alameda volvió a congregar, como ya ocurrió el pasado fin de semana, a decenas de turistas que quisieron pasar el fin de semana disfrutando del blanco decorado. Descenso en trineos, muñecos de nieve o guerras de bolas fueron divertimento de los más pequeños de la familia.

Los restaurantes estuvieron de enhorabuena. Inmersos en las XV Jornadas de la Trufa, las actividades entorno al tuber melanosporum se suceden. El restaurante Vinatea, ofrecía el viernes por la tarde un espectacular showcooking. En una abarrotada lonja del Ayuntamiento, la chef Ángela Milián preparó cuatro espectaculares platos que tenían como denominador común la presencia del oro negro. Ayer, en la misma programación, el Ayuntamiento volvía a congregar a comensales dispuestos a degustar recetas con aceites milenarios de la Taula del Senia.