La presión del agua, o más bien la falta de la misma, en los bloques de viviendas del barrio La Unión en la Vall d’Uixó protagoniza desde hace un tiempo los debates políticos entre el equipo de gobierno y la oposición. Tanto es así que hace un par de meses el salón de plenos se llenó de vecinos que, supuestamente, sufrían una deficiencia de suministro que, como ha asegurado el PP en más de una ocasión (la última el viernes), les obliga a «calentar el agua en ollas» porque los calentadores no reciben el caudal necesario para activarse.

Ante esta situación, desde el pleno de marzo han sido varias las ocasiones en las que el equipo de gobierno ha emplazado tanto a la asociación de residentes como a cada uno de ellos individualmente a contactar con los servicios técnicos para que se pueda «identificar el problema y solucionarlo», dado que las mediciones externas «son normales».

Llegó a mantenerse una reunión en la que se trasladó la intención del equipo de gobierno de dar respuesta a cualquier incidencia individual, ya que desde el principio se descartó que fuera una cuestión general. Entonces, la agrupación ciudadana facilitó un listado con algunos nombres de los supuestos damnificados.

Ante la falta de información concreta para contactar y concertar una cita con cada uno de ellos, se optó por colgar en los bloques carteles anunciadores en los que se solicitaba a los particulares que se pusieran en contacto con el Ayuntamiento. «Nadie ha respondido», según las fuentes municipales consultadas.

Recorrido por las casas

Ante esta tesitura, la alcaldesa, Tania Baños, decidió acudir hace unos días a la zona acompañada por un técnico de Facsa y otro municipal. En la visita constató en persona que la presión que llega a estos edificios es de 2,5, «cuando el mínimo exigido es de 1,5».

A continuación, pasaron por una decena de pisos y escogieron segundos y terceros. Su sorpresa fue comprobar que todos afirmaron «no tener ningún problema». Incluso una vecina, cuyo nombre constaba en el listado facilitado en el citado encuentro previo, aseguró no haberlo dado con ese objetivo. Solo una persona ratificó notar un cambio de presión cuando activaba el agua caliente. Tras autorizar la entrada de los técnicos presentes, se identificó que «el origen era la cal».

Mientras el PP insiste en que el equipo de gobierno no resuelve una deficiencia por la que «algunos valleros han vuelto a la posguerra», fuentes municipales insisten en que «ningún ciudadano que se encuentre en esa situación se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento, a pesar de la insistencia para concertar una visita por parte de los técnicos».