La respuesta de los vecinos al llamamiento del consistorio a la concienciación y al racionamiento del agua ha sido clave para no verse obligados, de momento, a cortar de nuevo el agua de las casas. Para conseguirlo, los ciudadanos utilizan el ingenio para ahorrar el recurso al máximo estos días.

Paloma Adell, una de las afectadas, explica que «estamos todos realmente concienciados. Hacemos todo lo posible para optimizar las posibilidades. Por ejemplo, ponemos un cubo cuando nos lavamos las manos y reutilizamos ese agua en el inodoro. De esta forma, no gastamos demasiada».

En el hotel de la Pobla siguen el problema de cerca y aguardan la subsanación del mismo. Teresa Sánchez, gerente del establecimiento, apunta que, «por el momento, no ha afectado a los clientes, en invierno tenemos menos pernoctaciones y con la que tenemos almacenada en nuestros depósitos propios hemos podido pasar». Eso sí, alerta de que, si no llueve antes de Navidad, «la situación podría complicarse más, ya que esperamos tener a más gente y se agravaría la falta del recurso. Es algo muy difícil para todos».

Sobre posibles soluciones, Sánchez indica que «solo queda arrimar el hombro y mirar al cielo. El Ayuntamiento hace todo lo posible ante esto, poco más se puede pedir». En la localidad cuentan con este hotel y albergues donde esperan no tener que tomar medidas drásticas por la sequía.