La de ayer fue una jornada intensa en Burriana. Y es que Nubarrón, de la ganadería de Partido de Resina, cerró ayer las exhibiciones taurinas en puntas de las fiestas patronales de la Misericòrdia.

Fue un astado mediático y famoso desde mucho antes de llegar a Burriana, con el que se consiguió el récord de asistentes al recinto taurino en la historia de la localidad. No menos de 40.000 personas repartidas entre los cadafals, la propia vila y los balcones de las viviendas de la zona.

Todo ello, con un dispositivo especial de la Policía Local que en varios momentos de la tarde cortó el acceso al público a la plaza Mayor, el punto en el que más gente se concentró. Un dispositivo que también preveía una gran aglomeración en la arena y problemas para los rodaors a la hora de guarecerse del astado.

De ahí que fueron varios los cadafals que se dividieron por la mitad en una parte inferior custodiada por agentes para que hubiese hueco para esconderse.

Todo en la tarde de ayer fue a lo grande. Nubarrón respondió a las expectativas en cuanto a expectación, previsión de público y belleza. Sin embargo, para que la fiesta fuese completa, le faltó bravura, algo que suplió con el hecho de ser el único astado de estas celebraciones que recorrió la vila al completo hasta en dos ocasiones. Además, protagonizó la cogida a un hombre mayor, al que alcanzó por detrás al no poder alcanzar a tiempo la barrera.

La expectación por Nubarrón comenzó hace ya varios meses, cuando se supo que era el toro más caro de la historia que iba a exhibirse en la calle y se correspondió con la entrada en el recinto en un cajón con un ancho especial y tirado por caballos.

Cámaras de fotos y sobre todo móviles no pararon desde el mismo momento en que el toril con el ejemplar accedió a la zona. Y triunfó también el de Nubarrón en el sector hostelero de la población, porque ayer resultaba imposible reservar mesa para cenar, y bares cafeterías --incluso el Mesón del Vino-- registraron unos llenos como no habían tenido en los días anteriores.

Y es que el morlaco había levantado tanta pasión que incluso se fletaron autobuses desde Sevilla y Francia expresamente para acudir a Burriana a ver el majestuoso ejemplar de Partido de Resina. Nubarrón no fue el mejor toro de las fiestas, pero si el más espectacular, el que mayor público consiguió atraer a la localidad.