La Diputación de Castellón da nuevos pasos en la materialización de las futuras fases del plan director del castillo de Peñíscola. Esta semana se cerró el plazo para que las empresas interesadas optaran a la licitación, que dio como resultado la concurrencia de nueve mercantiles. En los próximas jornadas, desde la institución analizarán las propuestas de cada una de ellas para emprender la adjudicación y ejecutar las obras en el plazo de unos seis meses.

El coste previsto es de 417.571 euros, IVA incluido, con la finalidad de acometer la solución a los problemas de humedades que se registran en diferentes espacios de la fortificación, edificada hace más de siete siglos. La memoria del proyecto hace referencia a las incidencias presentes en los muros que recaen en la cara norte, más al lado de la plaza del templo de la Ermitana, y la puerta del recinto. También se actuará en cubiertas y habrá un sistema de drenaje del agua de lluvia.

ALICIENTES // Uno de los alicientes tiene como marco los jardines del parque de artillería, ya que está prevista la reapertura del antiguo polvorín, construido en 1747, y que fue integrado dentro del sistema de defensa de la fortaleza, durante el siglo XVI.

El diputado provincial de Cultura, Vicent Sales, destacó recientemente que el objetivo pasa por desarrollar los trabajos «cuando finalice la temporada turística». «Desde la Diputación estamos haciendo un esfuerzo económico importante, pues tenemos el convencimiento de que se trata de la principal puerta de entrada de visitantes a la provincia», dijo.

Como es habitual en lugares que cuentan con la denominación de bien de interés cultural (BIC), el plan establece una serie de catas, con la intención de encontrar elementos originales de la construcción, y que puedan haber quedado ocultos tras intervenciones en las últimas décadas. Entre los puntos señalados están el subsuelo de la capilla y el patio de armas. De hecho, a finales del pasado año ya se realizaron comprobaciones con georradar, y con las primeras conclusiones se programará el estudio.

En este sentido, uno de los principales focos estará en la cubierta del salón del cónclave, que podría arrojar datos sobre los medios de defensa del edificio, según detalla la memoria elaborada por la arquitecta Pepa Balaguer.

El documento también incluye medidas a desempeñar, como la recuperación de varias partes que sufrieron los impactos de los bombardeos en la Guerra de la Independencia, tal y como ocurrió en el conjunto de las murallas, restauradas recientemente.