Nules despidió ayer unas fiestas patronales que no han sido fáciles para el equipo de gobierno. Con la polémica política por los recortes presupuestarios se alió la mala suerte --hasta que se descarte lo contrario-- con un fracasado cierre del cartel taurino que está siendo investigado.

Y aun pese a estos inconvenientes, los devotos a la Mare de Déu de la Soledat tuvieron la oportunidad de vivir en plenitud el día grande de su patrona, con una sucesión de citas religiosas que comenzaron con el traslado de la imagen desde la capilla a la iglesia parroquial, la misa, la ofrenda y acabaron con la procesión.

Acompañada por las Camareras 2020 y la reina y las damas de la Vila, la Soledat completó una serie de itinerarios que recuerdan a la vecindad que el origen de sus fiestas fue rendir honores, pedir su intercesión y dar las gracias por los dones recibidos a la patrona de la localidad.

UNAS FIESTAS A REVISAR / Con el programa finalizado, el concejal de Fiestas, Gabriel Torres, sin negar los inconvenientes con los que ha lidiado y a los que ha tenido que hacer frente, hizo un balance «positivo», en especial por convocatorias que despertaban más incertidumbre, como la Nit de la torrà, que a pesar del cambio de modelo --pasaron de una cena multitudinaria a una copia de la xulla de Vila-real--, «se notó ambiente, la fórmula no desagradó y las impresiones que nos han trasladado han sido buenas».