Las celebraciones patronales de la Soledad viven ya sus últimas horas en Nules, pero sin perder un ápice de interés y animación. Los actos taurinos centraron la atención en el segundo sábado festivo, aunque fueron los más jóvenes quienes reclamaron el protagonismo a primera hora. Los niños lo pasaron en grande emulando a sus mayores con la entrada infantil que se celebró por la mañana en la plaza Mayor, y que contó con la colaboración del periódico Mediterráneo.

Ya por la tarde fueron numerosos los aficionados taurinos que llenaron el recinto de la vila para asistir a la suelta de un toro perteneciente a la ganadería de José García Guillén, de nombre Cuenquero. El mismo hierro volvió a ponerse a prueba ante los aficionados a los bous al carrer por la noche, cuando se emboló el último astado de estas fiestas, adquirido al igual que los cuatro anteriores por el Ayuntamiento, que ha potenciado el cartel taurino de octubre. Nuevamente Cuenquero salió a la calle, esta vez embolado, ya que el astado previsto, Escopeta, se desplomó a los 15 minutos de ser embolado. La oferta musical cerró la noche con el tributo a Miguel Ríos, y una discomóvil a cargo de La Fàbrica. H