Una de las inversiones previstas dentro de los presupuestos municipales del 2018 en Nules está destinada a aportar una solución definitiva al problema más extendido y que más quejas vecinales acumula: la proliferación de excrementos de perro en la vía pública. Para ello, en la propuesta económica, aprobada de forma provisional, se han reservado 36.000 euros para contratar una empresa que realice controles de ADN de las heces que se detecten en la calle e identificar de este modo a los propietarios.

El alcalde de la localidad, David García, señala que esta decisión tan contundente del equipo de gobierno es consecuencia de haber comprobado que ninguna medida implantada hasta el momento ha dado resultado, dado que «ni las campañas de concienciación, ni las de sanción han persuadido a los dueños de atenerse a la normativa y recoger los excrementos de sus mascotas, como sería su obligación».

LICITACIÓN / Por el momento, los detalles del proyecto están por definir, ya que en primer lugar es indispensable que se ratifiquen las cuentas anuales, que tienen que pasar por la fase de exposición pública antes de entrar en vigor. Pero cuando se cumpla ese trámite, «se sacará a licitación el servicio», explica García.

Con todo, lo que sí que ha avanzado ha sido el fundamento de un proyecto que está directamente ligado con la identificación de todos los perros. En la actualidad el Ayuntamiento de Nules cuenta con un registro obligatorio de las mascotas. Esta inscripción no supone ningún coste y hasta el momento solo tenía la intención de censar a los animales.

Precisamente este será el punto de partida a partir del cual se hará una base de datos del ADN de los canes. Con esa información, la mercantil que se encargue de gestionar la prestación tomará muestras de las heces que se encuentren en la calle, con las que se podrá llegar hasta el o los propietarios que no hayan cumplido con su obligación cívica y legal de recogerlas. En ese caso, «se impondrán sanciones».

David García califica la situación actual en este sentido como un «problema bastante grave y generalizado» que el Ayuntamiento quiere erradicar.