Tras el estallido festivo que supone el día de la Cridà, Nules abrió ayer el apartado taurino de sus fiestas patronales en honor a Sant Bartomeu con dos hechos destacables. El primero, que regresaron las entradas y pruebas de vacas matinales; y el segundo, que el Ayuntamiento se encargó de patrocinar un toro embolado, lo que, en los últimos años, se reservaba exclusivamente para la víspera de la fiesta mayor.

Los encargados de aportar el primer Bou per la Vila de este 2017 fueron los miembros de la Peña Cultural Taurina, que para tal ocasión eligieron un ejemplar de la ganadería El Torero. En cuanto al astado adquirido por el consistorio, fue de Palha.

CITAS ALTERNATIVAS / Pero la de ayer fue una jornada de novedades en otros ámbitos ya que, como destacó la concejala de Fiestas, Patricia Cascales, por primera vez se han incluido actos alternativos a los taurinos, «para dar respuesta a todas las sensibilidades». Así, mientras los aficionados todavía participaban en el bou embolat, en el Mesón de la Tapa se ofreció un concierto tributo a Sabina. Se trata, según explicó Miguel Ángel Oliver, miembro de la Comissió de Festes, de «solapar algunos actos, pero que van destinados a públicos diferentes».

Sobre el inicio de las fiestas, el alcalde, David García, aseguró que en la calle «percibimos que la gente está contenta con el programa de este año». Entre otras cosas, por apuestas como la de añadir una discomóvil a la Cridà por primera vez. «Conseguimos que las peñas se quedaran más tiempo en la plaza», lo que contribuyó a mejorar el ambiente.

Para el munícipe, este primer acto sirvió para tomar el pulso. «Pudimos comprobar que la gente está entregada, receptiva y con muchas ganas de vivir estos días; todos los que estábamos allí compartimos esa sensación». Además, el hecho de trasladar la inauguración del Mesón de la Tapa al horario de la mañana hizo posible alargar la celebración.