El obispado de Segorbe-Castellón ha decidido paralizar las obras de rehabilitación de la fachada norte de la iglesia de San Juan Bautista, en Artana. Y lo hace por motivos de seguridad, «ante las amenazas y coacciones recibidas».

En contrapunto, la Associació d’Amics d’Artana anuncia caceroladas diarias hasta que atiendan sus demandas o hasta que el Consell Valencia de Cultura (CVC) emita el lunes, 27 de julio, el informe en el que confían que se avale su petición: la preservación de los vestigios arquitectónicos aparecidos tras retirarse el revestimiento del edificio, con una solución de «enlucimiento transparente, que aseguraría su visibilidad».

El acercamiento entre las posturas enfrentadas se complica llegado este punto. Ayer, tanto la diócesis como la plataforma vecinal difundieron sendos comunicados que dejaban patente las divergencias que les separan.

VISIONES OPUESTAS / La Iglesia argumenta que su propuesta quiere «preservar los parámetros y valores fijados en el proyecto de 1894, elaborado por el arquitecto Juan Abril, cuyos originales se conservan en el archivo diocesano de Segorbe-Castellón» e inciden en lo ya expuesto hasta el momento, la Unidad de Patrimonio Cultural de la dirección territorial de Castellón de la Conselleria de Cultura ha avalado esta idea «en sus diversos informes técnicos favorables», en enero del 2014 --cuando presentaron el proyecto definitivo--, y en marzo y junio del 2020.

Los vecinos no solo reprochan el tipo de opción escogida para la rehabilitación, también lamentan la forma y la temporalidad que se ha seguido por parte de la administración autonómica, en cuanto a la no exposición pública, a pesar de tratarse de un edificio considerado Bien de Relevancia Local, como en predisposición a la hora de atender «con ánimo dialogante» las voces discordantes.

Desde la asociación acusan a la Conselleria de, una vez realizados los hallazgos, no haber abierto «un cuaderno de restauración, no fotografiar los elementos ni intentar interpretarlos». Dicen que «el arqueólogo apareció cuando ya se iba a tapar la fachada». Defienden que «los criterios técnicos que aduce la Generalitat no son absolutos, caben otras interpretaciones y soluciones» y por ello confían en que el informe del CVC sea determinante, y sea a su favor.

Desde Cultura ya incidieron en su día en la gravedad de «poner en cuestión la profesionalidad de los profesionales de Patrimonio».