La reapertura del centro de salud del Carbonaire, en la Vall d’Uixó, no será posible hasta que se cumpla un año exacto desde que la aparición de una grieta en su fachada lateral llevara a la Conselleria a ordenar el cierre total de las instalaciones y el traslado de todos los servicios sanitarios.

Las lluvias registradas en otoño son las responsables del retraso, según confirmaron fuentes de Sanidad, aunque hace poco más de un mes --el 29 de noviembre--, en una visita a las obras en la que estuvo presente la directora general de Sanitat, Carmelina Pla, le comunicaron a la alcaldesa, Tania Baños, que la previsión era que pudiera «prestarse el servicio con normalidad» a principios del mes de enero. Con el 2019 estrenado, es evidente que no será así, hasta el mes que viene.

Fue hace casi un año, el 31 de enero del 2018, cuando saltó la voz de alarma. El revestimiento de caravista de la fachada lateral --orientada hacia el paraje de San José--, se estaba abriendo. La respuesta fue inmediata: desalojo y cierre sin fecha de reapertura, para clarificar si el desperfecto afectaba a no la estructura. No fue así, y la afección fue en el revestimiento y las ventanas.

La prioridad en los días siguientes fue encontrar una alternativa para los casi 10.000 usuarios que dependen de este centro de salud (no solo son vecinos de la Vall). El Ayuntamiento ofreció una de las Casetes dels Mestres para una parte de ellos. El resto, tras una reforma exprés del antiguo edificio del INSS --pendiente de derribo para ampliar el centro de salud de la calle Octavi Ten-- se reubicaron hasta finalizar una intervención que, pese a plantearse con carácter de urgencia, no se inició hasta el mes de octubre.