La situación se complica para los alumnos del CEIP Cervantes de Nules desplazados al colegio Pedro Alcázar como consecuencia de las obras en su centro escolar. Lo que en principio iban a ser tres semanas de retraso, acabarán siendo cerca de dos meses, según las últimas informaciones trasladadas a las familias afectadas, y es que el problema estructural detectado en su escuela es peor de lo que en principio se había estimado.

El proyecto de reforma, incluido en el plan Edificant, permitió descubrir el grave deterioro de algunas vigas que fueron sustituidas de inmediato, lo que generó un retraso inicial que impidió empezar las clases el día 7 de septiembre, como estaba previsto.

La solución aportada por Educación en aquel momento fue trasladar varios cursos al CEIP Pedro Alcázar, donde fueron ubicados en el gimnasio --5º y 6º-- y en la sala multiusos --3º y 4º--, en principio hasta el 1 de octubre, pero como confirmaron ayer fuentes de la Conselleria, la problemática con las vigas se ha extendido y es difícil que los escolares vuelvan a su colegio en el primer trimestre.

Malestar general

El viernes pasado trascendió esta realidad y los padres de los menores afectados reaccionaron de inmediato, pidiendo a la dirección territorial la habilitación de barracones en el solar de las instalaciones deportivas de Scude -adosadas al colegio y que actualmente utilizan como patio-, pero la respuesta ha sido negativa, porque el proceso de licitación para la contratación de las aulas prefabricadas puede alargarse tanto como las obras.

La salida que les trasladaron fue reubicar a los menores en aulas del Pedro Alcázar, diseñado para acoger dos líneas cuando ahora solo hay una. El problema es que esta solución obligaría a este centro a modificar su plan de contingencia, por el que han reducido las ratios de todos los cursos, lo que les ha llevado a ocupar todo el aulario.

En consecuencia, en cuanto los padres compartieron esa posibilidad y la noticia se extendió, el malestar se ha ampliado de las familias del Cervantes a las del Pedro Alcázar, que entienden que Educación debería aportar otra solución que no afectara de tal forma a los protocolos sanitarios y de seguridad del colegio de acogida.

La alternativa no es sencilla. Desde la Conselleria confirmaron ayer que, de momento, los estudiantes de Cervantes seguirán donde están, mientras se estudian todas las opciones para decantarse por la mejor para todos. En ese análisis participarán las direcciones de los dos colegios, la Conselleria y el Ayuntamiento de Nules.

Mientras, el consistorio anunció que cerrará a la circulación las calles adyacentes del colegio Cervantes a las horas de entrada y salida de los escolares.