Paso de gigante para que el derribo del Grupo B sea por fin una realidad. La Vicepresidencia Segunda y Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, a través de la Entitat Valenciana d’Habitatge i Sòl (EVha), licitó ayer los trabajos de demolición de las 38 viviendas ubicadas en el edificio del número 167 de la avenida José Ortiz por un importe de 354.215 euros. El objetivo, según fuentes autonómicas, es que el derribo, si se cumplen los plazos, comience en verano, concretamente a finales de junio.

El Consell hace esa previsión teniendo en cuenta el calendario de trámites burocráticos que quedan por delante. Como el plazo de licitación es de tres meses, la Generalitat confía en que a mediados de mayo estén adjudicadas las tareas. Entonces, el reloj correrá en función de las gestiones de la constructora, que deberá redactar el plan de seguridad y pedir las licencias pertinentes antes de acometer los trabajos.

Antes de llegar a esa postrera etapa, de momento las empresas interesadas pueden presentar sus ofertas en la sede de la EVha, en València, hasta el próximo 9 de marzo, fecha en la que finaliza el plazo de recepción de pujas.

Después de varios retrasos --la desaparición del bloque estaba contemplada para el verano del año pasado--, la alcaldesa, Merche Galí, mostró ayer su satisfacción ante el anuncio de la administración autonómica. «Agradecemos a la Generalitat que haya cumplido su palabra y haya sacado a licitación el derribo que tantos años llevábamos esperando y que ya no tiene vuelta atrás», aseguró.

Deshabitado y tapiado

El bloque de 38 viviendas de la avenida José Ortiz se encuentra vacío, tapiado y en estado de ruina económica. Inicialmente, el grupo constaba de 94 viviendas, de las que 56 fueron demolidas en el año 1998. Tal como señalan desde la Generalitat, durante años ha habido numerosos conflictos en este edificio, hasta que finalmente, el Consell y el Ayuntamiento de Almassora lograron una solución consensuada que «ha dado respuesta a las demandas de los vecinos», reivindican, como es el derribo de la edificación.

El último movimiento del Consell para desatascar la dilatada demolición del Grupo B fue la reunión que mantuvo la primera edila con el vicepresidente segundo y conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, Rubén Martínez Dalmau, en la que analizaron la situación de este grupo de viviendas. En ese encuentro, Conselleria recordó que anunciaron la firma de una partida presupuestaria para que el derrumbamiento del inmueble tuviera lugar durante este año.

Los estudios realizados en el bloque mostraron que el coste de rehabilitación integral del edificio superaba el 50% del valor de una edificación similar de nueva planta. Además, tal como recuerdan desde el gobierno autonómico, el bloque se encuentra fuera de ordenación urbanística.