Morella sigue inmerso en las celebraciones dentro del Sexenni, el novenario de acción de gracias a su patrona, la Mare de Déu de Vallivana. En la jornada de ayer tomó el protagonismo la colonia de Morellanos Ausentes, que fue la encargada de organizar los actos. Los vecinos del municipio que por circunstancias viven fuera de la localidad durante el resto del año también toman parte de la organización de las fiestas desde hace siglos. Así, la primera referencia histórica a su colaboración en la semana grande se remonta al año 1856. Esta colonia recoge a los naturales de la capital de Els Ports que habitan en otros puntos de la península y el resto del mundo, exceptuando a los de Cataluña.

La programación dejó guiños a otros actos que son habituales en otras localidades de la Comunitat Valenciana. La jornada arrancó a las 10.00 horas con una ofrenda floral a la Mare de Déu de Vallivana. A las 11.00 horas se celebró la eucaristía que estuvo presidida por mosén Vicent Torres, natural de Picassent, ciudad hermanada con la capital de Els Ports, al compartir un gran nexo de unión, pues tienen la misma patrona. La coral Vicent Ripollés de Castellón cantó durante la misa.

A las 12.30 horas partió de la basílica Arciprestal el Retaule con todas las danzas y cuadros bíblicos que volvió a recorrer las calles engalanadas entre miles de turistas que abarrotan las calles. Finalizado el Retaule llegó el momento más esperado de la jornada. Con guiños valencianos, la pirotécnica de los Hermanos Caballer lanzó una espectacular mascletá que hizo retumbar toda la ciudad amurallada.

Por la tarde, y tras la comida de hermandad desarrollada en el Espai Firal llegó el turno del desfile dels Cavallers de la Conquesta. El teatro de la capital de Els Ports se quedó pequeño con la actuación de la decana compañía Tragapiñols, mientras que la rúbrica a la programación llegó con una noche festiva y las actuaciones de Amor de Madre y Los Toreros Muertos, que se alargaron hasta altas horas de la madrugada.