El Ayuntamiento de Onda suma a las medidas para combatir el covid la implantación de un pionero sistema basado en la nanotecnología para la desinfección de espacios y edificios públicos. Una medida que ya se aplica en otras ciudades europeas como Milán y que consolida a Onda como una ciudad referente en aplicar esta tecnología, que aplica un recubrimiento fotocatalítico a las superficies con capacidad de autolimpieza, eliminación de olores y descontaminación de gases.

El Ayuntamiento ya ha empezada a aplicar este innovador sistema en tres edificios municipales con gran afluencia de personas como son la Casa de la Cultura, el Centro de Día y el Centro Integral de Mayores El Montí.

La alcaldesa, Carmina Ballester, explicó que invierten «en la mejor tecnología que existe a día de hoy para la limpieza y desinfección de espacios públicos. El conocimiento, la ciencia y la tecnología son las mejores herramientas para combatir esta pandemia. Y este gobierno no escatimará recursos en todas aquellas actuaciones que nos ayuden a mantener el virus lejos». Es una de las actuaciones puestas en marcha con los recursos que se iban a destinar a la Fira d’Onda, que el ejecutivo local suspendió por precaución.

La fotocatálisis es una reacción química que utiliza luz solar para activar un fotocatalizador, en este caso Dióxido de Titanio de tamaño nanoscópico, para oxidar y/o reducir contaminantes persistentes. Por tanto, la luz solar sirve para activar la autolimpieza de zonas aplicadas con este producto.

Efectos de larga duración

En un primer paso, el proceso interrumpe la cadena de transporte de electrones, inhibiendo la síntesis de pared celular, luego paraliza la síntesis de proteínas y, finalmente, inhibe la síntesis de ADN. Estos efectos son de larga duración y proporcionan niveles seguros después del tratamiento.

La lluvia tiene el mismo efecto que una desinfección tradicional con detergente. Y sin ella, rociando la superficie con agua se obtiene igualmente. El producto previene la aparición de hongos, moho y frena el crecimiento de algas, repele el polvo y protege la superficie de la radiación ultravioleta, y mejora la calidad del aire circundante y ayuda a eliminar gases y malos olores.

Esta tecnología ya se aplicó en Milán el pasado mes de marzo, mientras Italia permanecía bloqueada, luchando contra el grave brote de coronavirus. Rociaron los espacios públicos con esta sustancia antibacteriana particular que hace que las superficies se autoesterilicen «de seis meses a dos años», como explicaron entonces desde la empresa encargada de sanear los edificios.