Cada 25 de julio, Orpesa se viste de gala para celebrar el día de San Jaime, patrón de la localidad. La jornada, que sirvió de broche a las fiestas, combinó los actos religiosos con diversas actividades lúdicas para todos los públicos. El concejal responsable de este área, Dimas Albert, destacó la gran participación en las distintas propuestas del programa.

El sonido de las campanas avisó ayer por la mañana a los vecinos del día grande. Antes de la misa, los más pequeños pudieron disfrutar del encierro infantil, a cargo de Bou per la Vila, en la plaza de toros. Decenas de chavales pudieron protagonizar carreras de vértigo muy vistosas y divertidas. Fue, sin duda, un buen preámbulo de la tarde taurina protagonizada por ejemplares de la ganadería local de Miguel Parejo.

Pero si algún acto de ayer fue multitudinario fue la misa en honor a San Jaime, que tuvo lugar en la parroquia en honor al patrón de Orpesa. Cientos de feligreses asistieron a la ceremonia, en la que también hicieron acto de presencia los miembros de la corporación municipal, encabezados por el alcalde, Rafael Albert, y la reina de las fiestas, Rebeca Casañ, junto a las damas de su corte de honor.

Por la tarde, se abrió el mercado medieval situado cerca de la plaza, donde vecinos y visitantes pudieron coger fuerzas para la última noche de baile en la plaza Mayor. A las 00.00 horas, la música se interrumpió para realizar la traca por las calles de la localidad, que desde hace años cierra las fiestas de San Jaime.

El edil responsable del programa agradeció la gran acogida que han tenido todos los actos y se mostró contento de que no hubiera habido “ninguna cogida en los toros”. “Ya espero las fiestas siguientes”, afirmó Albert. H