«No dejaremos de luchar para que nuestros hijos tengan por fin unas instalaciones en condiciones». Esta es la declaración de intenciones hecha pública ayer por la Asociación de Madres y Padres (AMPA) del colegio público Regina Violant de Almassora, tras meses de parálisis de las obras de construcción del nuevo centro escolar con el que se pretendía que, por fin, los estudiantes abandonaran los barracones y conocieran cómo es dar clases en un inmueble real.

En una carta remitida a los medios de comunicación, las familias reclaman una reunión con el conseller de Educación, Vicent Marzà, pues desde las diferentes administraciones nadie sabe darles respuesta de por qué están en esta situación. «Las últimas noticias que han llegado hasta el AMPA no arrojan ninguna posibilidad de que los trabajos se reanuden en breve, por lo que parece que seguiremos en la provisionalidad mucho tiempo», lamentan. Por ello, exigen a Marzà «unas explicaciones claras a las reivindicaciones» que le plantean.

También afirman que van a volver a movilizarse como medida de presión. Y es que la adjudicataria decidió frenar la ejecución de la obra al exigir al Consell un modificado de la misma que este se negó a aceptar por excesivo.