La almazara de la cooperativa agrícola de Segorbe abre hoy sus puertas iniciando una campaña que se espera «mala», debido a una corta producción a tenor del aspecto que ofrecen los campos, como consecuencia de la sequía padecida hasta finales de verano, y a la condición vecera del olivo.

El presidente de entidad agraria, Julián Calpe, señaló que las previsiones apuntan que «la recolección tan solo representará un 10-15% con respecto a la temporada anterior, lo que puede sumar unos 600.000 kilos de aceitunas molturadas, cifras que se sitúan más en los totales del ciclo 2016-17 y muy inferiores a las del 2017-18, en la que se alcanzaron los cinco millones de kilos».

En cuanto a cantidad, la cosecha puede considerarse salvada gracias a las plantaciones de riego por goteo que, aunque con alteraciones, mantienen una producción constante, cosa que no pasa con la oliva de los campos de secano, algunos de cuyos propietarios manifiestan que no vale la pena perder el tiempo para recoger el «escasísimo» fruto existente. En cuanto a calidad, prevén que no se verá resentida.

Por su parte, en la cooperativa de Altura pronostican un «descenso considerable», que estaría alrededor del 80%, con lo que las cifras estarían por los 1,5 millones de olivas. En Viver también han abierto ya las puertas para obtener su famoso aceite de lágrima, también muy cotizado entre los entendidos oleícolas.