El espectacular hallazgo paleontológico en el Mas de Romeu de Morella ha levantado una gran repercusión al considerarse como uno de los yacimientos más importantes de Europa, con más de 80 piezas de un saurópodo, emparentado con el brachiosaurus, con una longitud de unos veinte metros. Además, creen que podría ser una especie nueva, como en su día fue el Morelladon beltrani. Al mismo tiempo, los expertos han aprovechado para reivindicar un centro de investigación en El Ports para trabajar las piezas.

Los directores de la excavación, José Miguel Gasulla, Francisco Ortega y Fernando Escaso realizaron este martes una valoración «muy positiva» de la transcendencia del descubrimiento. «Tenemos un enorme patrimonio paleontológico que no tiene el reconocimiento que merece de las instituciones. Es una pena que no podamos disponer de un espacio avanzado aquí para tratar los fósiles, porque lo que tenemos es un tesoro», destacó Gasulla.

En este sentido, el alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés apunta que «contamos con un gran potencial y quedan muchas cosas por encontrar» y reivindicó la financiación del Ayuntamiento de los trabajos, junto a la empresa Vega del Moll, que aporta las herramientas y el material.

El primer edil apuntó que «vamos a acelerar los plazos y acciones necesarias para habilitar un lugar donde los paleontólogos continúen sus análisis en Morella y no tengan que desplazarse a otros laboratorios». La custodia de los nuevos restos recae en el museo Temps de Dinosaures morellano pero, a falta del centro de investigación que demandan los expertos, el proceso de restauración se tendrá que hacer fuera.

RELEVANTES RESTOS

Los fósiles son de un animal de hace 125 millones de años, del grupo de saurópodos, muy valiosos al solo estar descritos dos ejemplares de este tipo: el Tastavinsaurus y el Demandasaurus, del Cretácico Inferior. Han hallado, entre otros, dos fémurs y huesos de húmero, cúbito, tíbia, ilion o esternón, isquion y extremo proximal.