España no participó en la Segunda Guerra Mundial, se mantuvo neutral, pero no fueron pocos los españoles que sintieron que la lucha que estaba librándose contra el fascismo les incumbía. Ese fue el caso de José Antonio Vilalta Sánchez, un vecino de la Vall d’Uixó a quien su decisión de tomar partido por la libertad le valió ocupar un lugar en la historia de su ciudad.

Nacido en mayo de 1917, a priori, podría considerarse a José Antonio un hombre corriente. De oficio panadero, pronto evidenció sus fuertes convicciones ideológicas y sociales integrándose en el sindicato UGT y afiliándose a las Juventudes Socialistas de la época. Su activa vinculación le supuso el exilio en cuanto finalizó la guerra civil española y la dictadura de Franco se impuso, persiguiendo a quienes defendieron, a consideración del caudillo, el bando equivocado.

En Francia no abandonó su activismo hasta el punto de integrar las filas de la resistencia francesa contra el nazismo, razón por la cual fue capturado por la Gestapo en Bram el 10 de junio de 1943 e internado en los campos de concentración de Soest-Essen y Dortmund, hasta que fue liberado dos años después, el 14 de junio.

Precisamente cuando se conmemora el 75º aniversario de ese hecho (hoy al mediodía) la Vall le rinde homenaje, para que las generaciones futuras recuerden su compromiso en la defensa de la libertad. Será en un acto organizado por la Concejalía de Cultura y el Centre d’Estudis Vallers, en la plaza Villarmargo, a pocos metros de su casa natal, que cumplirá aunque algo encorsetado por las exigencias de distanciamiento sanitarias. Pretenden dar nueva vida a la memoria.