El parque natural de la Serra d’Irta cuenta desde este año con una nueva política en materia de residuos, consistente en la retirada de los contenedores de las zonas recreativas para obligar a los visitantes a dejar la basura que generen en las islas de recogida selectiva ubicadas en las principales entradas del paraje. Por el momento, la iniciativa, que apela al civismo de los usuarios, se salda con un resultado positivo, si bien hay algunos flecos pendientes.

La directora del parque, Aurora Quero, explica a Mediterráneo que los cambios en el transcurso de este verano «están funcionando bien, y una inmensa mayoría de gente no deja ningún resto». En temporadas anteriores, con recipientes en espacios concurridos como el entorno de la caseta de carabineros de la cala del Pebret, se vio cómo los desechos llegaron a desbordarse, con restos esparcidos por el suelo y la consiguiente mala imagen del entorno.

Incidencias

Aun así, en este periodo se han producido algunos problemas. Uno de ellos, causado por la falta de concienciación de algunos «que dejan la basura justo debajo del cartel en el que se les indica que deben dejarla fuera», y otro que tiene como escenario algunas casas en el interior. «Se trata de viviendas consolidadas, que pagan su tasa de recogida, y que ahora no tienen dónde dejar los restos, por lo que hay que encontrar una solución válida para este caso», comentó Quero.

La campaña emprendida este 2019 cuenta con la colaboración de los consistorios de Peñíscola y de Alcalà de Xivert, que son las puertas de entrada al sendero litoral. Una de las premisas de las variaciones en esta materia es que un parque natural «no es una zona ajardinada urbana, y por ello, no puede tener papeleras y contenedores», recordó.