«La música es la clave para entender qué es y qué significa ser de la Vall». Con estas palabras presentó la concejala de Cultura de la Vall d’Uixó, Maria Cruces, uno de los proyectos más emotivos y sentimentales de cuantos han impulsado de forma virtual desde su área para ofrecer una programación que minimice las distancias que el estado de alarma ha provocado y que tanto han afectado a las expresiones culturales propias de esta época del año en el municipio. No es la primera vez que el himno de la ciudad se interpreta con la colaboración de las tres bandas locales. Tampoco es la primera vez que algunas de sus voces más reconocidas recitan la letra al compás de la pieza que compusieron Lleonard Mingarro y mossén Francesc Peñarroja. Pero sí es la primera ocasión en que este hecho trasciende «esa simbología de unión de un pueblo, de la unión de todos», como defendió la alcaldesa, Tania Baños.

Y es que este fin de semana, gracias a la colaboración de mucha gente y a muchos días de trabajo, estrenaron un concierto irrepetible con cada uno de sus participantes en sus casas, unidos por Vicent Ortiz Gimeno (productor) en un montaje que en pocas horas había alcanzado miles de visualizaciones a través de las redes sociales.

Interpretación coral

Con los solistas Julio Pifarré, Rafa Quirant, Estíbaliz Ruiz, María Isabel Segarra y Vicent Talamantes, más de 80 músicos orquestaron un intenso homenaje al «amor a les arts» que exhibe la Vall d’Uixó con una tradición que echa sus raíces en el Ateneu Musical Schola Cantorum, el CIAC y la Unió Musical Valldeuxense, tres agrupaciones independientes que han vuelto a ser solo una para «mantener viva la cultura» en tiempos inciertos por el virus.