La radiante sonrisa de Patricia Mustieles Cerdà, una barraquera de ojos azules, consiguió eclipsar ayer la desapacible jornada. La joven acaparó todas las miradas en su nombramiento como fallera mayor de La Barraca, la agrupación que preside Javier Garriga.

La flamante dignataria recibió los atributos que le confieren tan alta distinción de manos de su prima y predecesora en el cargo, Judit Blasco Cerdà, a la vez que esta pasaba a ser designada fallera del foc junto a la pequeña Mar Rovira García. Por su parte, Patricia compartirá reinado con la dulce Ona Pallarés Sánchez, su homóloga infantil, una niña de rubios cabellos en la que, junto al presidente infantil Joan Caldés Castillo, recae la responsabilidad de representar a los niños.

Araceli Montes Gil y su hermano Juan Antonio Montes Gil ostentan los cargos de madrina de la falla y presidente de honor; mientras que Begoña Ayza fue elegida madrina de la comisión.

Completa el cuadro de honor la mantenedora del acto, Ana Bueno Miralles, que, en su discurso, además de ensalzar a los nuevos representantes, hizo un recorrido por la historia de la indumentaria valenciana.

Pedro Torrent Roca fue el encargado de conducir el acto en un escenario que recreó la imagen de un monumento emblemático: la escultura de los dos agricultores que preside el paseo Ferreres Bretó, frente al Ayuntamiento, obra de Jose Antonio Caldés.