La provincia de Castellón cuenta con un sinfín de encantos que a lo largo de la historia se han ido exportando allende sus fronteras. Lo que a buen seguro algún lector desconocería hasta ahora será que incluso una de sus vírgenes, concretamente la de la Vallivana de Morella, fue requerida en Picassent con exitoso resultado en el siglo XVIII. De ahí que desde entonces la patrona de la capital de Els Ports sea también patrona de esta población valenciana, estrechando los lazos entre ambas localidades.

Cuenta la leyenda que en el siglo XVIII hubo una importante peste que provocó un no menos importante número de víctimas mortales en Picassent. Con el objetivo de que la plaga remitiera, un sacerdote procedente de Morella decidió sacar en procesión una réplica de la Virgen de la Vallivana, provocando así que desapareciera la peste. En concreto fue el morellano Mossèn Miquel Carbó, destinado en Picassent en el primer tercio del siglo XVIII, quien tenía en su casa una imagen de la virgen. En 1738 la devoción de este párroco y sus feligreses a la imagen logró poner fin a la epidemia y como agradecimiento, se decidió construirle una ermita en 1738 y nombrarla patrona de Picassent, siendo coronada ya en 1957.

Es tal la devoción que esta localidad profesa a la virgen que la cofradía Nuestra Señora de la Vallivana de Picassent impulsó la iniciativa en 2004 de llevar a la Antártida una réplica de la patrona morellana a bordo de un mercante en una expedición científica y militar. Allí fue acogida con enorme cariño por parte de los integrantes de la base española Gabriel de Castilla y de las tripulaciones de otros buques que visitan este gélido punto, convirtiéndose así en la figura de la Virgen más al sur del mundo.

La historia del Santuario de la Vallivana

Ha quedado claro por tanto que la virgen de la Vallivana es muy apreciada fuera de su Morella ‘natal’, pero lo cierto es que también es profeta en su tierra. Los morellanos la veneran desde tiempos inmemoriales y su origen se databa incluso de la época jacobea, pues sería un regalo del apóstol Santiago. Pese a que estudios posteriores de historiadores sitúan la estatuilla de barro cocido en el siglo XII. La devoción por esta Mare de Déu, a la que visitaron en su día personajes ilustres como San Vicente Ferrer o el Papa Luna, cobró fuerza en el momento en el que se construyó la iglesia entre los años 1428 y 1436. Posteriormente experimentó numerosas reformas, especialmente en el siglo XVII, cuando la imagen alcanzó gran devoción en la comarca y se construyó un nuevo templo, que es el que se conserva hoy en día.

Cuentan que la imagen fue encontrada en el fondo del barranco de Vallivana, en un lugar donde había sido ocultada para que no la destruyeran los musulmanes, que llegaron a esta comarca sobre el año 714. Fue un pastor el que, atendiendo a los ladridos de su perro, encontró la imagen siglos después, oculta en una cueva. Dice la tradición que el hallazgo estuvo rodeado de hechos sobrenaturales, como una luminosidad que surgía de la imagen, que fue lo que llamó la atención del pastor.

La iglesia es de una sola nave y la fachada está formada por un campanario cuadrado y un templete corintio, con columnas salomónicas que sostienen un frontón triangular, con estatua de la Mare de Déu y el escudo de la localidad. Había cuatro altares en las capillas laterales, que desaparecieron durante la Guerra Civil.

También la peste azotó esta comarca y fue en la época de construcción de este templo cuando la imagen de Vallivana alcanzó su máxima devoción popular, pues muchos vecinos le atribuyeron su intercesión ante la enfermedad. Fue en 1672 cuando la Confraria del Rosari de Morella organizó una rotativa y la imagen se trasladó hasta la ciudad el 25 de septiembre de ese año. A partir de entonces, cada seis años, comenzando a contar desde el 14 de febrero de 1673, Morella celebra sus fiestas sexenales en honor a esa imagen.

Más datos del Santuario de la Vallivana:

  • El Papa Luna y el que sería posteriormente san Vicente Ferrer se hospedaron en Vallivana en 1414 y 1410, respectivamente. Fue en el edificio adosado a la iglesia.
  • Para llegar desde Morella hay que tomar la carretera N-232 en dirección a Xert. Hay un desvío ha la derecha con un vial que asciende a la iglesia.
  • El topónimo Vallivana significa valle yermo, no cultivable.
  • La virgen de la Vallivana es una pequeña escultura de unos 29 cm de altura, realizada en barro cocido y policromado, que lleva al Niño Jesús en su brazo izquierdo.
  • El santuario está en los límites que separan el término de Catí del de Morella, y Catí reclamó sin éxito la jurisdicción municipal en el mesón y casa de Vallivana en el siglo XV y sobre todo en el XVI, cuando el ermitorio era ya concurrido.
  • Una Rogativa o Romería se celebra todos los años el primer sábado del mes de mayo, excepto cuando hay Sexenio, a la que acuden centenares de romeros, que recorren a pie los 22 kilómetros que separan el Santuario de la Vallivana de Morella.

Fuente: Archidiocesis de Valencia y '50 lugares mágicos de la Comunidad Valenciana', de Jorge Sánchez