El casco antiguo de Peñíscola dio ayer el disparo de salida a las celebraciones del cambio de año, con la apertura del tradicional mercado medieval que se instala entre la Plaça de Bous y la plaza Santa María. En esta ocasión cuenta con una oferta de 25 puestos de productos diversos, especialmente de alimentación, que se complementan con la animación de espectáculos de calle.

La coincidencia del 1 de enero en lunes y las temperaturas agradables para este momento del calendario hicieron que la afluencia de visitantes fuera notable desde sus primeras horas. El alcalde de la localidad, Andrés Martínez, junto a integrantes del consistorio, la reina y las damas de las fiestas, hicieron el primer recorrido por los diferentes expositores y contemplaron la exhibición de malabares programada.

TURISMO / El primer edil destacó que esta propuesta «aporta un incentivo más a unas fechas en las que los establecimientos que permanecen abiertos tienen unas grandes ocupaciones, tanto en hoteles como en la asistencia a cenas y cotillones de Nochevieja». Al hilo de esta cuestión, destacó que el 2017 concluye para el municipio «como un periodo récord en pernoctaciones y número de turistas». También hizo referencia «a los atractivos» que existen de turismo activo, «con una gran cantidad de personas en la Serra d’Irta en estos días, así como el aliciente que tiene la gastronomía». «Son dos elementos que podemos ofrecer todo el año», dijo.

Además de esta regresión a la Edad Media, otro de los eventos planteados es la verbena para dar la bienvenida al 2018, en la carpa del Centro de Estudios, con el acompañamiento de la orquesta Atalaia y la colaboración de la Associació de Moros i Cristians en una cita de acceso gratuito.

La agenda de estos días seguirá con las últimas jornadas del Peñisnadal, el parque infantil que se desarrolla por las mañanas en el edificio sociocultural. El broche de oro lo pondrá la bienvenida a los Reyes Magos, el próximo viernes, a partir de las 18.00 horas en la plaza Constitución.