Las últimas actividades del programa titulado Peñíscola, ciudad papal dan la bienvenida al mes de julio. Tras el desfile de recreación histórica del pasado fin de semana, las citas de carácter familiar dominan esta propuesta, que trata de recordar el paso del pontífice Benedicto XIII por el municipio, hace justo seis siglos.

Uno de los momentos más señalados de ayer fue el espectáculo de danza vertical, desarrollado en el corazón de la ciudad antigua. La plaza de Armas, con la fachada del santuario de la patrona como fondo, albergó una sesión que tuvo como hilo conductor la historia del municipio, acompañada de acrobacias.

Por otro lado, los talleres destinados a los más pequeños estuvieron presentes un día más en los espacios de la plaza Santa María, Peñismar y la batería del Calvario, con unos contenidos vinculados a los emblemas más reconocibles de la localidad, como el escudo, el emblema papal y objetos propios de la Edad Media.

Esta noche concluye la programación, con las últimas actuaciones previstas y un desfile de despedida, con la salida desde la parte elevada de la ciudadela y el destino en la plaza Zaragoza.