El casco antiguo de Peñíscola fue el escenario de una de sus celebraciones más típicas, con la conmemoración del patrón de la localidad, Sant Roc. El ritmo habitual de este espacio, dominado por el turismo en verano, dio paso a la música del pasacalles, con la asistencia de la reina y las damas de las fiestas, ataviadas con los trajes tradicionales.

Tras la concentración de los cargos festivos y las autoridades del municipio, frente al edificio del Ayuntamiento, a las 11.00 horas comenzó la misa en el templo parroquial de Santa María. A su término, se desarrolló la comitiva por la zona alta del núcleo histórico, hasta alcanzar la plaza que lleva el nombre del patrón, y que es uno de los espacios con mayor encanto de Peñíscola.

Una vez allí, se procedió a la ofrenda del ramo de flores por parte de la reina 2016, Meri-

txell Cubells, que quedó depositado en la hornacina del santo. Subida a una escalera, desarrolló uno de los momentos más especiales de ese día. La concejala de Fiestas, Raquel París, destacó que Sant Roc «tiene un componente muy especial para los cargos festivos, ya que es prácticamente el último acto en el que participan, hasta la proclamación de las representantes del 2017, el mes que viene». Así que muchas de ellas vivieron con un cierto poso de tristeza este evento tan típico.

Culminada la parte más protocolaria, los vecinos disfrutaron de un pequeño ágape en la calle, mientras que las damas de las cortes de honor mayor e infantil dejaron sus ramos en el templo de la patrona, la Virgen de la Ermitana, situado a escasa distancia de la calle Sant Roc, y que dentro de unos días asumirá un gran protagonismo, con el comienzo del novenario, el 1 de septiembre, y los actos más solemnes de las fiestas mayores del pueblo.

En esta edición, el calendario se desarrollará a lo largo de 11 jornadas. Además de las citas habituales, se prepara una gala especial, con motivo del 50º aniversario de las reinas de fiestas.