Las inmediaciones de la oficina de turismo de Peñíscola se llenaron ayer de visitantes que no quisieron perderse uno de los actos más peculiares de las fiestas patronales. El reparto de más de 1.000 pastissets constituye cada año un dulce agradecimiento a la gente que decide pasar unos días de vacaciones en este municipio.

La reina y las damas de los festejos acudieron ataviadas con traje regional para una cita en la que siempre se forman largas colas y que se complementa con una pequeña degustación de moscatel. Personas de Madrid, Aragón, Cataluña e incluso franceses o ingleses acudieron a la llamada festiva. El concejal de Turismo, Rafael Suescun, destacó que este evento «es un reconocimiento a nuestra principal actividad económica y una manera de darles las gracias por elegirnos y ser tan fieles a nuestro destino». El edil también hizo referencia al balance de este temporada. A pesar de no haber superado los crecimientos de los ejercicios anteriores, calificó el estío de positivo.

Otro momento multitudinario llegó por la tarde, con la vuelta en bicicleta que organiza la Penya La Revolteta. Desde las 18.00 horas, los participantes y sus ciclos se concentraron en la explanada del paseo marítimo para coger su camiseta y pedalear por las calles del casco urbano.

RECONOCIMIENTO / Por otro lado, la asociación Amics del Papa Luna hizo la concesión de socio de honor de este colectivo a la empresa Cafés Bo, por la labor desarrollada en la comercialización y difusión de la tisana que toma el nombre del pontífice y cuya fórmula consiguió salvarle de un intento de envenenamiento, hace justo 600 años. Los hermanos Susana y Martín Ribes recogieron la distinción, en un acto que fue seguido de la conferencia del divulgador medioambiental Mariano Bueno, dedicada a los efectos beneficiosos de las plantas.

La agenda de hoy incluye la inauguración de la muestra de cuadros de José Domingo Bayarri y la misa de estandartes de la Associació de Moros i Cristians.