El casco histórico de Peñíscola aprovechará los meses de invierno, en los que la afluencia de visitantes es más baja, para proceder al arreglo de algunos de sus viales más transitados. En concreto, los puntos afectados son las calles Atarazanas, Príncipe y Bajada al Bufador. Desde hace unos días están levantadas las piedras de los laterales, en una actuación con un periodo de ejecución previsto de cuatro meses.

El concejal de Urbanismo, Romualdo Forner, detalla que la medida se justifica «por las necesidades especiales derivadas de la singularidad de su pavimento empedrado y por el elevado tránsito de peatones que acoge a lo largo de los meses con una mayor concurrencia de turistas».

Desde hace más de medio siglo la imagen más característica del suelo en la ciudadela es la que conforman los cantos rodados situados uno junto a otro. En las zonas en los que ahora se trabaja se había detectado en los últimos tiempos un evidente desgaste, que pretenden paliar, tal y como ya se hizo en áreas como la del acceso al Portal Fosc.

PLANES FUTUROS / En esta ocasión destinan la cantidad de 43.735 euros, con un ahorro considerable con respecto a la partida inicial. Esperan que el resultado sea visible antes de la próxima Semana Santa, el primer gran periodo vacacional del año y que constituye el disparo de salida de la temporada. El edil añade que dentro las cuentas municipales del 2018 se incluye un apartado de inversión para efectuar reparaciones similares en otros enclaves de este núcleo peñiscolano.