Las medidas para impedir la reserva de espacio en primera línea de la playa Norte de Peñíscola entran en una nueva fase. Si días atrás repartieron folletos para concienciar a los usuarios sobre la prohibición de estas prácticas, ayer hubo presencia de la Policía Local, que se encargó de advertir a los bañistas más madrugadores de la imposibilidad de dejar enseres para elegir los mejores sitios. Y procedieron a retirar sombrillas y sillas sin ocupar y sin dueño conocido en las inmediaciones.

Los agentes recorrieron la costa entre las 7.00 y las 9.00 horas, que es cuando empiezan a desfilar por la arena quienes llevan a cabo esta práctica tan criticada por otros asiduos al litoral. Desde el cuerpo señalaron su agradecimiento «a quienes han atendido las peticiones sobre el uso cívico de un espacio que es de todos».

En otros casos, procedieron a quitar material y depositarlo en la sede policial, para después ser recogido por sus propietarios. Según explicaron fuentes del consistorio, «ninguno de ellos fue multado y la amonestación se ha limitado a recordarles la normativa». La ordenanza establece la posibilidad de multas de hasta 750 euros en el caso de conductas reincidentes o de personas que no obedezcan las indicaciones de las autoridades.

PUNTOS DE VISTA

Como pasa en otras localidades, la acción fue recibida con opiniones dispares. Por un lado, muchos aplaudieron el dispositivo, ya que consideran que las reservas suponen un uso ilegítimo de la costa. En cambio, en la oficina de turismo se registraron diversas quejas y hubo quien se preguntaba si es necesario semejante despliegue.

La extensión del principal punto de costa de la Ciudad en el mar también impidió que la efectividad fuera plena en todas las zonas. Pasadas las 8.00 horas, era muy fácil ver el despliegue de materiales, aprovechando que la patrulla estaba en otras áreas.

Desde el Ayuntamiento esperan que mejore el grado de civismo ante las críticas crecientes recibidas en los últimos días, justo en el comienzo de la temporada alta de verano. Este estío han realizado una campaña en la que, además de esta cuestión, advierten de los efectos negativos que el top manta tiene en el comercio de la localidad, a fin de sensibilizar a los visitantes para que no compren nada a los manteros.