El Ayuntamiento de Peñíscola trabaja en un plan para tratar de reducir las incidencias que se producen de forma periódica en la pasarela de madera que cruza una parte de la Marjal, y que a su vez conecta la avenida Pigmalión con el colegio Jaime Sanz y la zona deportiva. Desde que se construyó la instalación, hace siete años, se han venido dando casos de pintadas y roturas de tablas de madera, que obligan al consistorio a hacer un desembolso para recuperar su estado.

El alcalde, Andrés Martínez, explicó en la última sesión plenaria, ante una cuestión formulada por el edil no adscrito Juan Ángel Trillo, que en esa zona «se han registrado muchos casos de vandalismo», por lo que se plantean «cerrar el paso por las noches». El concejal de Servicios, Alfonso López, añade a Mediterráneo que por el momento están «reforzando la vigilancia de la Policía Local y ahora están estudiando la mejor fórmula posible para que el corte del acceso al final del día sea efectivo», puntualiza.

CASOS RECIENTES / Además de labores periódicas para hacer frente al paso del tiempo, como el repintado de los elementos de madera, cada cierto tiempo tienen que hacer frente a la reparación de las piezas dañadas. López detalla que el pasado verano «aparecieron rotas más de 30 cruces de madera de las barandillas de la plataforma, cuyo coste de reposición superó los 2.000 euros». También se actuó en la parte de un mirador de aves, que es objeto de pintadas continuadas.

Durante el día, este paso es utilizado por una gran cantidad de alumnos de la escuela y se usa con total normalidad. Pero es en determinadas ocasiones, aprovechando las horas nocturnas, cuando se producen estos problemas. No es la primera vez que toman una decisión de estas características en Peñíscola. Desde hace años tienen que cerrar el paso de ronda situado encima de la plaza Santa María, para preservarlo de conductas incívicas.