La balsa de agua dulce situada entre la lonja del puerto de Peñíscola y un tramo de las murallas vuelve a presentar un estado de dejadez, con una acumulación de musgo que constata su escaso mantenimiento. El concejal de Urbanismo, Romualdo Forner, manifiesta su preocupación ante esta mala imagen, con el mes de junio ya comenzado. «Está muy descuidada y pensamos ofrecer colaboración para contribuir a su limpieza mediante un convenio con la Generalitat», resalta Forner. Esta zona es competencia de la Conselleria de Obras Públicas. Desde el gobierno local pretenden elevar la propuesta en el próximo pleno del consistorio.

En marzo, Mediterráneo ya informó de las quejas de vecinos y comerciantes ante la proliferación de suciedad y cañas. En aquella ocasión, desde la Administración autonómica achacaron la situación al retraso a la hora de tener lista la nueva contrata del servicio de mantenimiento y, a los pocos días, procedieron a la limpieza. El edil de Servicios, Alfonso López, afirma que esta balsa «es una herencia del gobierno socialista, que siempre ha dado quebraderos de cabeza», puntualiza ante el problema.