La de ayer fue una de las noches más concurridas de todo el año en Peñíscola, al coincidir la entrada del mes vacacional por excelencia con el acto que abre el Festival Internacional de Música Antigua y Barroca. El piromusical contó con una asistencia de decenas de miles de personas, congregadas tanto sobre la arena de la playa Norte y en las zonas colindantes del paseo marítimo.

Llegada la medianoche, los espectadores disfrutaron de los fuegos artificiales, disparados en esta ocasión al son de las obras de Haendel. La empresa que ha ingeniado la mayor parte de estos castillos a lo largo de sus 24 ediciones, Pirotecnia Tomás, volvió a ser la encargada de ejecutar el diseño del lanzamiento de las carcasas con la sincronización de la música. En total, fueron algo más de 20 minutos de sesión, en la que el casco antiguo y el mar fueron el telón de fondo.

COMPLEJIDAD / Para que todo ocurriera según lo previsto, programaron unas 9.900 acciones, con efectos de artificio que fueron lanzados desde la misma playa (en las inmediaciones de la oficina central de turismo), la zona de la Porteta y parte del recinto amurallado. Miguel Ángel Tomás hizo valer sus más de 25 años de experiencia para arrancar los aplausos de la gente.

Entre ellos, la representación de las autoridades que acudieron a contemplarlo, y que hacen posible cada año la celebración del festival. Por parte del consistorio, el alcalde, Andrés Martínez; y la mayor parte de los integrantes de la corporación municipal; Marga Landete y Leonardo Marqués, desde el Institut Valencià de Cultura; y una representación de la Diputación, con la responsable de Cultura, Ruth Sanz, al frente.

El piromusical dispuso un amplio dispositivo de fuerzas de seguridad, efectivos adicionales de sanidad y personal de la brigada de obras local, que llevaron a cabo el operativo de tráfico y la logística del evento. Desde hoy se suceden los conciertos, que combinan el talento de la Comunitat y figuras internacionales, con el castillo como sede principal.