Situada a tiro de piedra entre la avenida Estación y la plaza Constitución --vías que constituyen el principal acceso a la localidad para la mayor parte de sus turistas-- el ágora de San Isidro y las calles circundantes no forman parte del itinerario más turístico de Peñíscola, si bien es el lugar de residencia de cientos de habitantes. Los mismos que ayer estaban convocados a disfrutar de una tarde festiva con motivo de la reciente celebración del patrón de los agricultores, tras varios años de ausencia. Así, se recupera el espíritu de fiestas de barrio, tan extendido en numerosos municipios de la provincia.

Una muestra de esta animosidad se vio desde la mañana, cuando vecinos de la zona desplegaron banderolas para ambientar las actividades. Siguieron a la hora de comer, con la elaboración de paellas. Mientras, los bares prepararon las barras para atender a sus clientes durante la amplia agenda prevista, que contó con propuestas para los pequeños, música y momentos para estrechar lazos entre quienes viven el pulso diario entre la propia plaza y calles como Llauradors, Sant Antoni o Antonio Pascual.

Algunos de ellos recordaron cómo en el pasado «llegó a haber tardes de vaquillas, que daban mucha animación a estos días», una dinámica que se perdió hace una década, con las restricciones de la crisis económica.

PETICIONES / La concejala de Fiestas, Raquel París, mencionó que «fueron los propios vecinos que pidieron poner en valor esta zona y optamos por atender a esta demanda». El alcalde, Andrés Martínez, añadió que este punto «es cada año el inicio de los desfiles de Carnaval y los recorridos de caballos de Sant Antoni pero, luego, la actividad se desplaza a otra parte». De esta forma, los participantes no se movieron de sitio.

La programación comenzó a primera hora de la tarde, con talleres y atracciones para los niños, que fueron seguidos de una sesión de tardeo flamenco, a cargo de Los Makis. Con la llegada de la noche, los asistentes tomaron asiento en las mesas dispuestas por el consistorio para la cena de pa i porta, que concluyó con el baile a cargo de una discomóvil. Una jornada que esperan consolidar en las próximas ediciones.