Situada en plena Serra d’Irta, parque natural de la provincia de Castellón característico por su orografía montañosa y costera, la ermita de Sant Antoni constituye uno de los espacios más emblemáticos de Peñíscola. Su jornada más señalada tiene lugar cada domingo siguiente a la Pascua, cuando cientos de personas se acercan a este recinto para vivir la romería, y en la que hay animación desde primera hora de la mañana hasta llegar la noche.

Justo en medio de la plaza se encuentra un antiguo pozo, que en los últimos años se encontraba inutilizado por la acumulación de residuos y la falta de un mecanismo que permitiera extraer el agua. Por ello, desde hace unas semanas se está procediendo a la recuperación del depósito de agua, a cargo de la brigada municipal de obras y servicios.

El alcalde, Andrés Martínez, acompañó ayer al edil del área, Alfonso López, a comprobar el estado de las actuaciones, a las que solo quedan los últimos detalles. Para el primer edil peñiscolano, la ermita “es un espacio singular para todos los vecinos, por lo que era necesario recuperar la funcionalidad de este pozo”.

Las labores que se han desarrollado han consistido en la limpieza del depósito, con seis metros de profundidad y capacidad para unos 60.000 litros, a la que ha seguido un proceso de desinfección e impermeabilización. La única tarea pendiente es la colocación de una bomba manual para facilitar la extracción del agua.

ACTUACIONES // El peculiar ermitorio tiene en la romería su jornada de mayor afluencia, aunque en los últimos tiempos hay una cantidad de visitantes considerable, por parte sobre todo de senderistas y amantes de la bicicleta de montaña. La recuperación del pozo se suma a las diferentes inversiones que se hacen cada año, con motivo de la fiesta, y que cuentan con la participación de la conocida Asociación Pro-Restauración de Sant Antoni. H