Los habitantes de Peñíscola podrán optar en los próximos meses a contratar servicios de fibra óptica en sus domicilios. En las últimas semanas, personal de diferentes compañías se ha dedicado a solicitar autorizaciones para el paso del cableado a través de las fachadas de los edificios y se han instalado algunos nodos, con el fin de efectuar las primeras pruebas. Calles como Antonio Pascual, ubicada en la zona de Llandells, ya cuentan con ello.

De forma paralela, el Ayuntamiento procede a una regulación para que el despliegue de las canalizaciones no tenga efectos negativos. El concejal de Urbanismo, Romualdo Forner, explica que la junta local de gobierno «ya ha aprobado un plan de desarrollo, ante la petición de una empresa, que está sujeto al cumplimiento de una serie de requisitos básicos». La mercantil es de ámbito comarcal y deberá atender a cuestiones como el respeto al núcleo histórico. Por este motivo, los cables tienen que colocarse «de forma obligatoria mediante unas canalizaciones subterráneas», puntualiza el edil.

Además, el paso de las red hasta los domicilios o los despachos de los abonados tendrá que hacerse por las fachadas, con la imposibilidad de que haya cables suspendidos, ya que la normativa del plan especial de protección del casco antiguo lo impide. Forner comenta que en estos momentos «se está en conversaciones con otras operadoras interesadas» y esperan «que pronto se llegue a acuerdos similares». Otro de los aspectos que requiere el consistorio tiene que ver con la forma en la que debe llegar la fibra óptica hasta las zonas habitadas. «En algunos casos se nos propuso que fuera a través de tendidos aéreos, como los antiguos postes de teléfono, algo que consideramos inaceptable, por lo que demandamos que sea bajo tierra», concreta el concejal peñiscolano.

MEJORAS

Esta tecnología de transmisión de datos permite incrementar la velocidad de las conexiones a internet y asumir con garantías servicios de comunicación, como las nuevas plataformas televisivas. Las inversiones necesarias por parte de las empresas han supuesto que se haya retrasado la llegada a Peñíscola, con unas 8.000 personas censadas. A pesar de ello, en los meses de verano hay más población debido a los alojamientos vacacionales y las segundas residencias. La fibra ya llegó hace más de una década a localidades cercanas, como Benicarló o Vinaròs.