El núcleo histórico de Peñíscola volvió a vibrar con sus tradiciones más arraigadas. La primera de las jornadas dedicadas a la patrona del municipio brindó, de nuevo, las imágenes de los dansants por las calles, la figura de la virgen de la Ermitana siendo portada por las principales vías y el acompañamiento de cientos de personas, que no quieren perderse uno de los días más señalados del calendario local. La jornada comenzó por la mañana con la misa en la parroquia de Santa María, presidida por el obispo de Bilbao, Mario Iceta. Una personalidad ligada con la ciudad, ya que su madre nació en la localidad.

Por la tarde, la actividad tuvo como primer escenario el santuario de la patrona, con el penúltimo día del novenario y la asistencia de la reina y las damas, además de las autoridades locales.

La procesión por las calles de la zona alta del casco antiguo dio paso a la interpretación de los bailes del Grup de Danses, con instantes tan esperados como las loas o la torre humana, que impresionaron a los asistentes.

La tarde culminó con el baile de los cavallets y la actuación de la Dansa Batalla de Moros i Cristians, en una primera parte en la que gana el bando moro. Las buenas condiciones del tiempo, y la ubicación de este día en domingo hizo que esta cita contase con una afluencia multitudinaria. Desde la patronal turística Agretur ya indicaron que los fines de semana de las celebraciones cuentan prácticamente con plena ocupación en hoteles.

Hoy llega el día principal de estas fiestas con la misa de la mañana, que incluirá la multitudinaria ofrenda de flores en el altar del templo de la Ermitana. Por la tarde se reproducirá el mismo horario que en la fecha anterior, con el novenario, la procesión y las danzas. A ello se unirán otros momentos destacados como el canto de la salve en el momento en el que la imagen regresará a su morada, la suelta de palomos, o la foto en la escalinata.