Las fiestas patronales de Peñíscola reunieron a varias generaciones en la plaza Santa María. Como cada año, las celebraciones hacen el homenaje a las personas mayores, con diferentes actos que tienen como momento más esperado las actuaciones de los integrantes más pequeños del Grup de Danses y de la Dansa Batalla de Moros i Cristians. Un espectáculo que reproduce los bailes y loas de los días grandes en la plaza de Armas y que nuevamente hizo las delicias de los asistentes.

La convocatoria supuso también la constatación de que estos elementos tan emblemáticos de los festejos locales cuentan con un importante relevo generacional. La mañana fue calurosa y, para sobrellevarla mejor, se hizo el habitual reparto de horchata y fartons por parte de la reina y las damas, que acudieron ataviadas con atuendo tradicional.

Antes de ello, la capilla de Santa Ana fue el escenario de la misa dedicada a este colectivo y, posteriormente, se procedió al relevo en el cargo de representante de la asociación de jubilados y pensionistas. María Jesús Eizaguirre Merodio recibió la banda acreditativa como reina de la eterna juventud, de manos de su predecesora, Andrea Pérez Bielsa. En nombre de la entidad se dirigió a los asistentes su nuevo presidente, Vicent París, quien deseó a los participantes unas buenas fiestas e hizo referencia a la cantidad de personas mayores censadas en el municipio. El alcalde, Andrés Martínez, destacó por su parte «el importante legado que nos deja este grupo de nuestra población».

COMIDA / A mediodía, los jubilados y pensionistas acudieron a la comida de hermandad, mientras que por la noche acudieron a la noche de revista en la carpa del puerto. Además, hubo precios populares para los niños en la feria y la Asociación de Amigos de la Cultura Española hizo la anual demostración gastronómica.