La Generalitat, a través de la Dirección General de Cultura y Patrimonio, ha dado una primera respuesta al misterio que rodea una extraña huella encontrada hace un año en una cala del entorno de la Serra d’Irta, en Peñíscola.

Este elemento, una icnita con una forma similar a la de un humano de grandes dimensiones, fue hallada por un pescador de la localidad, que inmediatamente dio aviso. La aparición de las primeras fotografías en redes sociales causó expectación en el municipio. En octubre, el arqueólogo de la Diputación de Castellón, Arturo Oliver, dirigido por el director territorial de Cultura, Josep Casabó, llevaron a cabo un estudio sobre el terreno.

Una de las personas que se encargó de la divulgación de estos hechos, Vicent Melià, junto a Manuel Febrer y Lorenzo Medina, ha dado a conocer las primeras conclusiones desde la Conselleria. En el escrito señalan que los indicios “apuntan a que la icnita ha sido tallada sobre materiales consolidados, más que sobre un sedimento blando en condiciones de plasticidad”.

Ello apuntaría a la hipótesis de que alguien pudo esculpir la huella. A pesar de ello, “por el gran interés que suscita dicho hallazgo, se van a solicitar nuevos informes a organismos e instituciones especializadas, con el fin de poder determinar su origen cronológico”. Por tanto, se analizará nuevamente la huella para conocer más detalles sobre los motivos por los que ha aparecido recientemente en las inmediaciones de la cala Ordí, y encontrar indicios sobre su posible y misteriosa autoría.

En la primera inspección se explicó que, aún teniendo una apariencia de pie humano, raramente podría tener este origen, tanto por sus grandes dimensiones --32 centímetros de largo y 15 cm de ancho-- como por la forma que tiene. Mientras se resuelve el misterio, Vicent Melià ha solicitado al consistorio la protección de este insólito elemento. H