El director general de Agricultura y Pesca de la Generalitat, Roger Llanes, recibió ayer al alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez, para exponer la situación planteada entre los aficionados a la pesca con caña tras la promulgación de restricciones en la costa de la Serra d’Irta. El primer edil recordó que a los colectivos que reúnen a estos practicantes «se les prohibió recientemente esta actividad, algo que no había sucedido nunca hasta ahora», lamentó el popular.

El origen de las discrepancias está en la aplicación de la nueva normativa autonómica de pesca profesional y deportiva, que data del pasado año. Algo que, según Martínez, «choca con el plan de usos y gestión del 2006, donde se establecían unos espacios acotados». Una vez expuesta la situación, el cargo de la Conselleria indicó que «en el plazo de un mes se dispondrá del informe jurídico que tratará la reclamación presentada hace unas semanas desde el Ayuntamiento». En la reunión se habló «de una negociación que pueda unir los intereses de unos y otros», concretó.

TRADICIONES / El munícipe afirmó que la postura de la administración local «es la de preservar la defensa de los usos tradicionales de la pesca con caña y también la de artes artesanales, como el trasmallo». Además, incidió en que las regulaciones vigentes desde hace más de una década en las inmediaciones del parque natural «ya establecían limitaciones presentes en la nueva ley de la Comunitat, como el marisqueo o el fondeo de embarcaciones de recreo en estos entornos».

El paraje de Irta supone una de las principales franjas litorales de España exentas de urbanizar. Se extiende desde el sur del municipio de Peñíscola y finaliza en Alcossebre, dentro del término de Alcalà. De forma periódica, entidades deportivas han venido realizando torneos, que ahora ven peligrar su continuidad.