El núcleo histórico de Peñíscola fue el escenario de los actos finales en la celebración del patrón de los animales. Si la tarde del sábado estuvo llena de intensidad, con la quema de la hoguera y la torrà popular, ayer domingo, por la mañana, hubo una participación masiva, tanto de propietarios de caballos como poseedores de mascotas que trajeron a sus animales a recibir la bendición.

En primer lugar, a las 11.00 horas, comenzó la misa en la iglesia de Santa María, oficiada por el párroco Ricardo Fígols. Una ceremonia en la que se apeló a los valores que encierra esta celebración tan ligada a la actividad agrícola, y en la que se bendijeron productos del campo. Tras esta ceremonia religiosa, la fiesta salió a las puertas del templo, para dar la bienvenida a los animales.

En primer lugar se bendijeron a los caballos y carros, que previamente recorrieron buena parte del casco urbano local, hasta alcanzar el casco antiguo. Los animales recibieron los panes bendecidos, mientras que jinetes o ocupantes de carros obtuvieron el típico rotllet. Además del párroco, participaron activamente en este acto las autoridades locales y la reina y damas de las fiestas.

Posteriormente, todo tipo de mascotas recibieron el agua bendecida, manteniendo la tradición de Sant Antoni. Finalmente, las representantes festivas del municipio fueron las encargadas de proceder al reparto de sabroso rotllets entre los asistentes.

rifa // El alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez, destacó “el carácter tradicional de este día, con la bendición, los rotllets y la rifa”. Una rifa en la que se sortearon un caballo, una cesta, un jamón y un cerdo, ante la presencia de numeroso público. H