Borrar el rastro de un pintada aparecida la semana pasada en un tramo de la muralla renacentista de Peñíscola no será tan rápido cono se pensaba en un principio. Fuentes municipales explican que los trabajos implicarán la contratación de un profesional de la restauración para lograr que los efectos en la piedra lleguen a ser imperceptibles.

Antes, se seguirá aplicando un producto sobre este elemento patrimonial con el fin de reducir la tonalidad de la mancha. «Un proceso que requerirá de varios días y de la dedicación de horas por parte de la brigada», añaden. Inicialmente se barajó la posibilidad de encargar esta tarea a una empresa especializada en tratamientos con sílice, pero la opción quedó descartada debido a la complejidad que entraña la operación. Por el momento, la pintada permanece, si bien con una intensidad menor, y esperan que el rastro desaparezca del todo dentro de unas semanas.