Borrar el rastro dejado por una pintada en la muralla de Peñíscola supondrá la contratación de una empresa especializada en actuaciones patrimoniales. Nada más detectarse este acto de vandalismo se dieron los primeros pasos para tratar de eliminarla, bajo los consejos de profesionales en la materia. El primer tratamiento, realizado por operarios de la brigada de obras, de baja intensidad para no dañar las piedras, consiguió mitigar el impacto, pero no suprimirlo del todo, por lo que el Ayuntamiento deberá emplear una vía alternativa.

Desde el consistorio señalan que han contactado con la empresa Cyrespa, que se encargó de la restauración del tramo renacentista de la fortificación hace unos años. «El lunes vendrán con operarios y maquinaria», indican. El sistema contemplado supone la aplicación de sílice para hacer saltar la suciedad de la pintura del espray con el mínimo efecto abrasivo posible. En función de ello dependerá el coste económico de la intervención.

LUGAR CÉNTRICO / La aparición de la pintada causó estupor no solo por la manera en la que afecta al entorno monumental de Peñíscola, sino también por haberse hecho en un espacio de elevada presencia de gente, como la Plaça de Bous. Por el momento, se desconocen datos sobre la autoría, ya que en la zona no hay cámaras de seguridad ni consta la existencia de testimonios de la acción.