Con una suspensión progresiva e imparable de las fiestas y con ellas la cancelación de los contratos previstos, las empresas pirotécnicas de la provincia afrontan un futuro a corto plazo incierto y desconcertante. De no producirse un giro significativo este verano, en su conjunto auguran una temporada en blanco y con preocupantes pérdidas que algunos no podrán superar.

Si bien los profesionales son reticentes a hablar de cifras en este momento, porque «nadie puede prever qué pasará en 15 días», algunas de las que manejan atendiendo los espectáculos disparados en el 2020 apuntan a que, en el peor de los escenarios, dejarán de ingresar más de 20 millones de euros en todo el territorio autonómico. Para hacerse una idea de la envergadura de las pérdidas debería sumarse el coste del mantenimiento de la infraestructura empresarial, sin ningún ingreso desde marzo, hasta la suspensión de las Fallas por la pandemia.

BALANCES NEGATIVOS / A Reyes Martí, propietaria de Pirotecnia Martí (Burriana), le preocupa que muchos organizadores estén anunciando la cancelación de fiestas sin un criterio claro y a pesar de lo cambiante del panorama. Entre ellas, algunas importantes, como la semana grande de San Sebastián (programada para agosto) en la que Martí iba a participar. La consecuencia es que los almacenes están llenos del material adquirido y elaborado a principios de año para cubrir la temporada. Un gasto que estaba condicionado a los acuerdos suscritos, de ahí que considere que los organizadores «deberían asumir al menos el coste de lo que contrataron». Solo 2 de las 15 fallas de Burriana con las que iba a trabajar y 1 de las 10 que tenía en València «han llamado para pagar esa parte, porque entienden que nadie tiene la culpa y el gasto se ha hecho».

Para Pepe García Peñarroja, de Pirotecnica Peñarroja, en la Vall d’Uixó, los números rojos se acumulan sin remedio y no tiene buenas previsiones, visto lo visto. Con seguros muy elevados y otros desembolsos indispensables para el mantenimiento de sus instalaciones («tengo 15 almacenes que son 15 problemas», dice), ve una solución disparar espectáculos «controlados, con las debidas medidas de seguridad», así como «facilitar prolongar los ERTE si no se reanuda la temporada, para salvar las empresas», sugiere.

Según Miguel A. Tomás (Pirotecnia Tomás, de Benicarló), este ya era un año complicado. Un cambio en la ley fijaba un plazo para mejorar instalaciones, que finalizaba en el 2020. Una inversión que solo ha hecho que agravar el balance, pues «nadie sabe hacia dónde tirar». Entre sus opciones, que ya han negociado con algún municipio, está «hacer pequeños castillos repartidos por el pueblo». «Es solo una idea que no sabemos si autorizarían», indica.

César Mampel, gerente de Pirovila, no es artesano, pero se enfrenta a un problema muy similar. «Tenemos la tienda abierta porque es la única manera de dar salida al estoc». Estos días son las celebraciones de Vila-real «y la gente compra para los niños», pero sabe que no recuperará la campaña de fiestas y comuniones.