A partir del próximo lunes, 7 de enero, el Ayuntamiento de la Vall d’Uixó dará instrucciones sobre «cómo continuará prestándose el servicio en el recinto deportivo de Vallpala», después de que la empresa concesionaria abandone el complejo tras haber sido rescindido el contrato por «incumplimientos graves».

Así lo indicó ayer la alcaldesa, Tania Baños, quien afirmó que la gestión se realizará «igual que en cualquier otra instalación municipal», como el polideportivo, «donde vas y reservas la pista para poder hacer uso de la misma».

Cosa distinta será cuándo y cómo podrá readjudicarse su explotación porque, según Baños, «el restaurante es ilegal y así no se puede sacar la concesión». Precisamente, construirlo sin licencia a partir de una reforma de la cafetería --que sí contemplaba el pliego de condiciones-- ha sido la razón por la que la actual gerencia se ha visto obligada a abandonar 25 años antes de lo previsto. La obra fue realizada sobre terreno público e inaugurada en 2012.

Los usuarios, en principio, no deberán preocuparse por qué sucederá a partir del día 10 --fecha anunciada por la mercantil para su salida-- pero el asunto está lejos de resolverse, porque tienen claro que llegarán a juicio.

Entre otras cuestiones, defenderán que el contrato incluye una exención del canon hasta el año 11 desde la adjudicación --el consistorio reclama ese concepto hasta el momento-- y que la alcaldesa «conocía que las obras del restaurante estaban haciéndose y no hizo nada», hasta que el primer teniente de alcalde y portavoz de EU, Antoni Llorente, «lo hizo público a través de las redes sociales», lo que según el portavoz de la adjudicataria, podría considerarse «una prevaricación».

Llorente señaló ayer que un representante de Vallpala «reconoció públicamente que las obras las realizaron sin autorización municipal», lo que demostraría que se trata de una irregularidad cometida «a conciencia».