La presentación de la memoria del parque natural de la Serra d’Irta, el mes de junio, sirvió para dar a conocer el objetivo de limitar el tráfico de vehículos a motor por el interior del paraje. Según los datos recopilados, en el 2016 hubo 116.610 visitas, de las que el 90% acudieron en coche, y especialmente en los meses de verano. Para reducir la presión, la dirección propuso unas restricciones, para fomentar el acceso con transportes colectivos o bicicletas, dejando plena libertad solo a los propietarios de terrenos.

La idea pasaba por iniciar el debate con los sectores implicados tras el verano, para que se pusiera en vigor la próxima temporada, pero de momento la sugerencia está en punto muerto. El presidente de la junta rectora, Ezequiel Llorach, menciona que la propuesta «está encima de la mesa, pero hay muchas opiniones al respecto, y no se pueden hacer imposiciones; además del consenso hacen falta recursos económicos y la colaboración de otras administraciones».

PRIORIDADES / El concejal de Medio Ambiente de Peñíscola, Alfonso López, menciona que en el consistorio «no tenemos ninguna novedad desde que se anunció, y ya dijimos en ese momento que no íbamos a tomar decisiones que no estén acordadas por todos; hay que recordar que la mayor parte de los terrenos son de propietarios privados». Para López, «en la actualidad hay cosas más prioritarias en la Serra d’Irta que ponerle puertas, como destinar más recursos para el mantenimiento y limpieza, que protejan al espacio de incendios».

El parque abarca superficies de los términos de Peñíscola, Alcalà y Santa Magdalena, aunque el principal flujo de vehículos se da por los senderos costeros de los dos primeros municipios. Además, en Alcalà hay presencia de edificaciones habitadas en el entorno, lo que complicaría el control de acceso. Desde su consistorio ya señalaron las dificultades para poder aplicar la medida.