A contrarreloj. Diversos municipios de la Plana Alta afectados por la plaga de garrapatas ligada a la superpoblación de conejos existente --de la que se hizo eco ayer este periódico-- aceleran los trámites y crean partidas presupuestarias cara a iniciar los tratamientos de urgencia con empresas especializadas para combatir la presencia de este ácaro en sus términos municipales, por los daños e infecciones que pueden causar con sus picaduras.

Uno de ellos es Vilanova d’Alcolea, que prevé un gasto de alrededor de 2.000 euros para asumir las fumigaciones que empezarán a llevar a cabo la próxima semana en el entorno del núcleo urbano, «para evitar que lleguen a las viviendas» y caminos más frecuentados, que prevén prolongar, «al menos, hasta septiembre», como detalla el alcalde, Francisco Oller. El problema es que las fumigaciones deben ser constantes para que resulten efectivas», como apunta el munícipe. Y ello supone un coste importante para las arcas de pequeños municipios como éste, de apenas 600 habitantes, sin que, a priori, se contemplen una línea de ayudas específica por parte de las administraciones como demandan alcaldes y concejales, apuntó el edil de Medio Ambiente de Torreblanca, Carlos García.

De hecho, responsables de Vilanova, la Torre d’en Domènech, les Coves y Benlloc mantuvieron recientemente una reunión con representantes de la Conselleria de Sanidad para conocer el protocolo a seguir, así como los productos adecuados para realizar los tratamientos. Pero «no contemplan ningún tipo de subvenciones al respecto, ni Diputación, más allá de las ayudas incluidas en el Plan 135», manifiestan.

En el caso de Cabanes, además de ser el primer año que llevan a cabo las fumigaciones pertinentes, el consistorio está tramitando un permiso especial a la Conselleria de Medio Ambiente para que los cazadores puedan actuar en dos zonas de urbanizaciones que, a causa de la crisis, registran una baja ocupación, pero con esta problemática. Se trata de El Molinet y Els Pinets, situadas en las afueras del pueblo, donde han detectado una elevada población de conejos y, por ende, mayor incidencia de la plaga de garrapatas, como explicó la edila del área, Dolores Torreblanca. Ante el malestar de la Unió de Llaurados y agricultores recogido por este periódico, la concejala insta a los afectados a comunicarlo por escrito para agilizar las medidas que pueden tomar desde el consistorio. «Esta situación debe atajarse de raíz. Es necesario controlar la población de conejos. Si los agricultores rellenan las solicitudes que pueden descargarse desde la web, los cazadores podrán pedir permiso para actuar en sus fincas», añadió Torreblanca.