Benicarló amaneció hace unos días con la intersección de la avenida de Yecla y la calle Francisco Pizarro totalmente pintada de un llamativo color rojo carmesí, ribeteado de dos gruesas líneas amarillas lindando con la acera y un gran stop con letras blancas, en el centro. Y, como era predecible, las reacciones de los vecinos no se han hecho esperar.

Desde el Ayuntamiento, el edil de Seguridad y Policía Local, Ximo Bueno, asegura que la actuación se ha hecho «conforme a las indicaciones del técnico experto en el tema», que es el intendente jefe de la Policía Local, Agustín Parra, quien indica que «la medida es legal y se ejecutó por la alta siniestralidad en el cruce».

Son muchos los que han criticado la medida, porque «no se adecúa a las normas» y «pone en peligro la integridad de ciclistas, motoristas y viandantes», apuntan. Otros han preferido tomarse el asunto con humor, planteando una relación directa entre el rojo de la calzada y el color político del equipo de gobierno.

«Me sorprende que se adopten este tipo de medidas y solo espero se haya tenido en cuenta el material utilizado, porque los que usamos las dos ruedas a diario, estamos hartos de tanta hipocresía cuando se habla de seguridad y educación vial», señaló Pepe Pérez, profesor y motorista.

No es el único que lo denuncia. «¿No hubiera bastado con la típica cuadrícula? Se ahorra pintura y los moteros y ciclistas no nos jugamos el tipo», «Y estas modas que se están sacando algunos ayuntamientos de pintar el pavimento, escribir en los pasos de peatones, ¿están reguladas?», se puede leer en las redes sociales.

La alcaldesa, Xaro Miralles, ante el revuelo que se ha levantado, se reunirá a mediados de este mes con Parra para abordar la polémica decisión. H