El servicio de Nules de identificación, a través del ADN de las mascotas, de los propietarios que no recogen sus heces de la vía pública se saldó en el 2019 con la imposición de 14 denuncias tras tomar 91 muestras de excrementos encontrados en las calles.

Los controles, como explicaron ayer desde el Ayuntamiento, se realizaron entre los meses de mayo y noviembre. No obstante, las multas no se han limitado a sancionar por el problema de la suciedad, ya que también han sido por no tener registrado debidamente al animal o por incumplimiento de la filiación.

En este hecho hizo especial hincapié el concejal de Bienestar Animal, Gabriel Torres, quien recordó que la ordenanza municipal que regula este aspecto obliga no solo a recoger los excrementos, sino también a censar al perro y realizar la prueba de ADN para que esté fichado. «La iniciativa nos permite mantener el municipio limpio, porque este método nos capacita para conocer al propietario del animal que ha incumplido con su debida obligación», destacó el edil.

A su vez, disponen, según defendió, «de una herramienta fiable para proteger los animales, dado que el registro canino genético permite localizarlos en caso de pérdida, maltrato o abandono».