Diversos municipios de la costa provincial se han apuntado a la moda de incorporar puntos de playa en los que los bañistas pueden acudir junto a sus perros. En el caso del principal destino de Castellón, Peñíscola, esta medida no se aplica, a pesar de la cantidad de turistas que pasan sus vacaciones con sus mascotas. Desde el consistorio explican que no se puede incorporar un espacio reservado en la parte urbana. «Disponemos de solo dos playas de este tipo, y ambas tienen el distintivo de la bandera azul, cuya normativa es incompatible con la presencia de animales domésticos». A pesar de que solo la costa norte tiene una extensión de cinco kilómetros, no es posible compartimentarla en diferentes tramos y adecuar uno de ellos para esta finalidad.

Calas

Si bien los arenales más próximos a hoteles y apartamentos no dejan sitio a los canes, existe una alternativa en los espacios naturales de la localidad. Desde el área de Turismo indican que las calas naturales «no tienen estas restricciones, por lo que allí sí se permite acudir con perros», según queda indicado por la normativa del parque natural de Irta. En todo caso, recuerdan que en este paraje protegido los usuarios deben extremar la limpieza y la recogida de los residuos que allí generen.